2do encuentro. Identidad Cultural. Carnavales ayer y hoy.

Hace unos pocos días, el jueves 12 de junio, dimos continuidad al ciclo de charlas abiertas para el debate en el barrio en nuestra sede de San Cristobal. Retomando aquella búsqueda sobre nuestra identidad, esta vez quisimos abordarla desde la cultura; y nada mejor que hacerlo desde lo que consideramos nuestra expresión folclórica: Los Carnavales.

Nos acompañaron en el evento, que fue coordinado por el compañero Martín Di Nápoli, los amigos «Quique» Molina (Régisseur, Director teatral, y Bombista del Centro Murga «Los Fantoches de Villa Urquiza»), Gustavo «Tavi» Antón (Recitador y Director del Centro Murga «Los Cometas de Boedo») y Martín «Pitu» Frontera (Actor y Director de la Agrupación Murguera «Zarabanda Arrabalera»), reuniendo en la mesa de expositores tres generaciones de artistas de la murga porteña.

El primero en hacer buen uso de las palabras fue «Quique» Molina quien con mucha solvencia -esa que da la experiencia-, apuntó por ejemplo «La murga es teatral, es como una opereta porteña, se canta, se baila, se recita, se cuentan cosas en un esquema propio y yo la trato así Yo soy del teatro, me fui a la calle porque dije que me iba a especializar en el género, ver a los artistas populares en la calle», y haciendo una clara referencia histórica sentenció: «desde la llegada de la democracia se produce una explosión del género, donde se incorpora mucha gente de clase media que no estaba en las murgas. Hoy hay casi 150 agrupaciones de carnaval en la ciudad. Esto ha hecho sumarse a cientos de pibes. Deberíamos lograr transmitir la pureza y el origen del género»

A su paso, «Tavi» Antón aportó más elementos para seguir pensando el carnaval como hecho artístico popular: «La generosa actividad de los murgueros del ’40 y del ’50 florece en los ’90 y pide a gritos un nuevo ordenamiento para las murgas y el carnaval. Hoy por hoy podemos decir que los murgueros tenemos todo lo que necesitamos para ser la expresión artística más importante de Buenos Aires».

Cuando le llegó el turno al más jóven, «Pitu» Frontera, el debate ya estaba a flor de labios. El presente y el futuro se habian instalado sobre la mesa, proponiendo caminos para incorporar a la fiesta a los diferentes actores sociales de los barrios que permitan enriquecer el evento y fortalecer las expresiones barriales frente a señales cada vez más claras apuntando a una suerte de «estandarización» del carnaval a partir de un evento centralizado que desnaturaliza la esencia de esta expresión popular eminentemente territorial.

Por supuesto -y para suerte de los presentes-, la charla se extendió mucho más de lo previsto, y fue muy rica en definiciones, pero la cosa no termina acá. El 10 de julio vamos a retomar el debate buscando ese puente con la historia que nos ayude a contruír el mañana y comenzar a transitar ese camino con la alegría que da el compromiso con el barrio y su gente -esa pequeña porción de país que nos rodea y que nos exige ser protagonistas del cambio- …para ese encuentro te vamos a estar esperando.